Trabajo

Inglaterra estaba en el ojo de todo el mundo durante la época victoriana, pues casi un cuarto de la población mundial vivía bajo su gobierno. 

El país en muy poco tiempo pasó a tener una floreciente industria de carbón, hierro, acero y textil, con numerosos inventos nuevos y la llegada de la electricidad, obligó a los campesinos a viajar a las ciudades en busca de algo mejor, pero los sueldos eran bajos, había muchos accidentes y las enfermedades y muertes se acrecentaban, además de que casi ninguno de ellos sabía leer o escribir.

Los niños también trabajaban, incluso en las minas. Las mujeres con más suerte encontraban trabajo de sirvienta en una casa o terminaban por trabajar en las minas pese a que eso no se veía bien en la época.

Según el acta de 1844, los niños de 9 a 13 años no debían trabajar más de seis horas y media al día, mientras las mujeres y los jóvenes de 13 a 18 años, no podían superar las doce horas al día de trabajo.